miércoles, 11 de diciembre de 2019

Este próximo viernes 13, tenemos reunión en el centro.
Haremos meditación y leeremos textos de Madre y Sri Aurobindo Si alguien tiene interés por visitarnos será bienvenido. El horario suele ser de 18 a 20 h Un saludo.


ESPÍRITU DE AUROVILLE



Madre, la fundadora de Auroville, explicó y escribió muchas citas referidas a los ideales y metas de Auroville, así como a su proyección espiritual y los métodos de acción práctica.
Dos años después de la Inauguración de Auroville, en 1970, antes incluso de que comenzaran los trabajos para la construcción del Matrimandir; Satprem, un discípulo de Madre, escribió un libro titulado “La Génesis del Superhombre”. En su capítulo 12, La Sociología del Superhombre, hemos creído ver la esencia del espíritu de Auroville y la actitud que deben tomar sus habitantes. Desde este punto de vista, en AVI España queremos compartir el fragmento central de este capítulo.  



Son diez o veinte, o cincuenta quizás, aquí o allí, en esta latitud o en otra, que quieren trabajar una parcela de tierra más verdadera, trabajar una parcela de hombre para hacer crecer en sí mismo un ser más verdadero, crear juntos quizás un laboratorio del superhombre, poner la primera piedra de la Ciudad de la Verdad  sobre la Tierra. Ellos no saben, ellos no saben nada, excepto que tienen necesidad de otra cosa y que existe una Ley de Armonía, un maravilloso “algo” del Futuro que quiere encarnarse. Y quieren encontrar las condiciones de esa encarnación, prestarse al ensayo, ofrecer su sustancia para ese experimento de vida. No saben nada excepto que todo debe ser diferente: en los corazones, en los gestos, en la materia y en la manipulación de esta materia. No buscan crear una nueva civilización, sino otro hombre; no una superciudad entre los millones de edificios del mundo, sino un puesto de escucha para las fuerzas del futuro, un supremo Yantra de la Verdad, un conducto, un canal para intentar capturar y asentar en la materia una primera nota de la grandiosa Armonía, una primera señal tangible del nuevo mundo.
Ellos no se erigen como campeones de nada; ellos no son los defensores de ninguna libertad, ni los adversarios de ninguna doctrina: simplemente lo intentan juntos, son los campeones de su propia pequeña nota pura, que no es la de ningún otro, y no obstante es la nota de todos. Ya no son de un país, ni de una familia, de una religión o de un partido: toman partido de sí mismos, que no es el de nadie más y no obstante es el partido de todo el mundo, porque lo que se convierte en verdad en un punto, se convierte en verdad en el mundo entero y congrega a todo el mundo, son de una familia a ser inventada, de un país aún por nacer. No intentan corregir a otros ni a nadie, ni dispensar caridades glorificantes sobre el mundo, ni cuidar de los pobres y los leprosos; ellos buscan curar en sí mismos la gran pobreza de la mezquindad, el elfo gris de la miseria íntima, conquistar en ellos mismos una pequeña parcela de verdad, un solo rayo de armonía, pues si esa Enfermedad es curada en nuestro propio corazón o en unos pocos corazones, el mundo será más ligero, y, por nuestra claridad, la Ley de la Verdad penetrará mejor en la materia y resplandecerá alrededor espontáneamente. ¿Qué liberación, qué alivio puede traerle al mundo aquel que sufre en su propio corazón? Ellos no trabajan para sí mismos, aunque sean el primer campo de la experiencia, sino como una ofrenda, pura y sencilla, a aquello que no conocen realmente, pero que se vislumbra al borde del mundo como la aurora de una nueva era. Ellos son los exploradores del nuevo ciclo. Se han dado al futuro, en cuerpo y alma, como arrojándose al fuego, sin mirar atrás. Ellos son los servidores del infinito en lo finito, de la totalidad en lo ínfimo, de lo eterno en cada segundo y en cada gesto. Ellos crean su cielo con cada paso y esculpen el nuevo mundo en la banalidad de cada día. Y no le temen al fracaso, porque han dejado atrás los fracasos y los éxitos de la prisión -- ellos viven en la sola infalibilidad de una pequeña nota justa.

Pero estos constructores del nuevo mundo tendrán mucho cuidado de no levantar una nueva prisión, aunque sea una prisión ideal y bien iluminada. De hecho, ellos comprenderán, y muy rápido, que esta Ciudad de la Verdad no será ni podrá ser hasta que ellos mismos vivan totalmente en la Verdad, y que este terreno a construir es ante todo el lugar de su propia transmutación. No se engaña a la Verdad. Se puede engañar a los hombres, realizar discursos y declaraciones de principios, pero la Verdad se burla: te atrapa en el hecho y a cada paso te arroja la mentira a tu cara. Es un faro despiadado, incluso si es invisible. Y es muy simple, te atrapa en cada esquina, a cada recodo, y dado que es una Verdad en la materia, frustra tus planes, obstaculiza tu gesto, repentinamente con una falta de materiales, una falta de obreros, una falta de recursos, provoca una huelga, enfrenta a las personas unas con otras, siembra la imposibilidad y el caos -- hasta que, de repente, el buscador se da cuenta que tomaba el sendero equivocado, que levantaba la vieja falsa estructura con nuevos ladrillos y que daba rienda a su pequeño egoísmo, su pequeña ambición o su pequeño ideal, su estrecha idea de lo verdadero y lo bueno. Entonces, abre sus ojos, abre sus manos, se sintoniza con la gran Ley, deja fluir el ritmo claro, claro y transparente, maleable a la Verdad, a ese no importa qué, que quiere ser -- cualquier cosa mientras sea “eso”, el gesto exacto, el pensamiento preciso, el trabajo verdadero, la verdad pura que se expresa como quiere, cuando quiere, de la manera que quiere. Por un segundo, se abandona. Por un segundo llama a ese nuevo mundo -- tan nuevo que no comprende nada, pero al que quiere servir, encarnar, hacer surgir en esta tierra rebelde y ¿qué importa lo que él piense, sienta o juzgue?, ¡oh!, ¿qué importa?, pero que sea la cosa realmente -- que sea la cosa deseada e inevitable. Y todo se inclina hacia la luz -- en un segundo. Instantáneamente todo se vuelve posible: los materiales llegan, los obreros, el dinero, el muro se derrumba, y la pequeña estructura egoísta que él estaba a punto de construir, se transforma en una posibilidad dinámica que ni siquiera sospechaba.


Él repite esta experiencia cien veces, mil veces, a cada nivel, personal y colectivo, desde la reparación de la ventana de su dormitorio hasta el repentino millón que viene como “caído del cielo” para construir un estadio olímpico. Nunca hay “problemas materiales”, solamente hay problemas interiores. Y si la Verdad no está ahí, hasta los millones se pudrirán en un rincón. Es una experiencia fabulosa a cada minuto, una puesta a prueba de la Verdad y, más maravilloso aún, la puesta a prueba del poder de la Verdad. Él aprende, paso a paso, a descubrir la eficacia de la Verdad, la suprema eficacia de un pequeño segundo claro -- él entra a un mundo de continuas pequeñas maravillas. Aprende a confiar en la Verdad, como si todos esos golpes, fracasos, conflictos y confusión lo condujeran sabiamente, pacientemente, pero inexorablemente a tomar la actitud correcta, a descubrir el dispositivo verdadero, la mirada verdadera, el grito de la verdad que derriba los muros y hace que florezcan todos los posibles en medio del imposible caos. Es una transmutación acelerada y multiplicada tanto por la resistencia de cada uno como por las buenas voluntades -- como si, realmente, tanto las resistencias como las buenas voluntades, el bien como el mal, tuvieran que ser transformados en otra cosa, en otra voluntad, una voluntad-visión de la Verdad que a cada instante decide el gesto y el hecho. Esta es la única ley de la Ciudad del Futuro, su único gobierno: una visión clara que sintoniza con la Armonía total, y convierte instantáneamente a la Verdad percibida en acción. Los farsantes son eliminados automáticamente por la presión misma de la Fuerza de Verdad, expulsados, como peces por un exceso de oxígeno. Y si, algún día esos diez o esos cincuenta, o esos cien pudiesen construir una sola pequeña pirámide de verdad, en que cada piedra haya sido colocada con la nota justa, la vibración correcta, el amor simple, la mirada clara y una llamada al futuro, en realidad la ciudad entera será construida, porque ellos habrán construido en sí mismos el ser del futuro. Y quizás la Tierra entera se verá transformada, porque no hay más que un cuerpo, porque la dificultad de uno es la dificultad del mundo, esa resistencia, esa oscuridad del otro son la resistencia y la oscuridad de todo el mundo, y que esa insignificante pequeña iniciativa de una diminuta ciudad bajo las estrellas puede ser la Iniciativa misma del mundo, el símbolo de su transmutación, la alquimia de su dolor, la posibilidad de una tierra nueva por la sola transfiguración de un rinconcito de tierra y un trocito de hombre.
Por eso es probable que por un largo tiempo esta Ciudad en construcción sea un lugar donde las posibilidades negativas sean exacerbadas tanto como las positivas, bajo la implacable presión del faro de la Verdad. Y la falsedad es experta en agarrarse a los detalles insignificantes, la resistencia a adherirse a las trivialidades insignificantes, que se convierten en el signo mismo de la negación - la falsedad sabe cómo hacer grandes sacrificios, puede seguir una disciplina, elogiar un ideal, acopiar méritos y buenos tantos, pero se traiciona en lo insignificante, ese es su último refugio. Es en la materia realmente donde se juega la partida. Esta Ciudad del Futuro es realmente un campo de batalla, es una aventura difícil. Lo que se decide fuera con ametralladoras, con guerrillas o con hechos grandiosos, se decide aquí con sórdidos detalles y una invisible guerrilla de la mentira. Pero una sola victoria ganada a un mezquino egoísmo humano está más cargada de consecuencias para la Tierra que la remodelación de todas las fronteras de Asia, porque esta frontera de ahí y este egoísmo de ahí son la alambrada original que divide al mundo.

Título original: La Genèse du Surhomme. Satprem, Noviembre de 1970.
Primera edición: All India Press, Marzo 1971. Sri Aurobindo Ashram, Pondicherry.

viernes, 6 de diciembre de 2019


Mensaje que el Ashram ha enviado a discípulos y simpatizantes, por el aniversario del  Mahasamadhi de Sri Aurobindo.

The one object to which the mind of spiritual knowledge must be turned
is the Eternal
by fixity in whom the soul
clouded here and swathed in the mists of Nature
recovers and enjoys its native and original consciousness
of immortality and transcendence.
Sri Aurobindo



El único objetivo al que debe dirigirse la mente del conocimiento espiritual
es el Eterno
a través de esta firmeza, el alma
nublada aquí y envuelta en las brumas de la Naturaleza
recupera y disfruta su conciencia original y nativa
de inmortalidad y trascendencia.

Sri Aurobindo



 Escrito que Madre dedicó a Sri Aurobindo el 9 de diciembre, momento en que Su cuerpo fue depositado en el Samadhi.


El texto está transcrito en los laterales del Samadhi, un lado en inglés y del otro en francés.
Os lo traduzco:


9 de Diciembre de 1950

A Ti que fuiste el envoltorio material de nuestro Maestro,
a Ti nuestra infinita gratitud,
ante Ti que tanto has hecho por nosotros,
Tu que tanto has trabajado, luchado, sufrido, esperado, resistido,
ante Ti que todo lo has querido, todo intentado, preparado, todo realizado por nosotros,
ante Ti nos inclinamos e imploramos que no olvidemos ni por un instante,
todo lo que te debemos.
Madre

 OM, Alfonso.